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Seat ha comentado hace poco que se centrará en producir unos pocos modelos de coches. Aprovechando la crisis (sí, la crisis se puede aprovechar, si no que se lo digan a Mediamarkt), piensa que fabricar sólo tres modelos (Exeo, Ibiza y León) hará que se incrementen sus ventas. ¿En qué se basan para afirmar eso? Simplemente arguyen que hoy por hoy no se encuentra en un buen posicionamiento en el mercado, y de esta forma incrementará su productividad, su calidad de los pocos modelos que lancen al mercado. Pretenden que a nivel europeo cualquiera pueda tener un Seat.

 

El gato de Cheshire, filósofo a la vez que mascota
El gato de Cheshire, filósofo a la vez que mascota

 

¿Se equivocan? Desde mi punto de vista sí. En un mercado como el automovilístico, en el que el producto supone una carga económica considerable, hay que tener mucho cuidado con segmentar demasiado.

 

 

Segmentar significa adaptar el producto a las necesidades de un sector en concreto. En principio no es una mala actividad (pensemos en los productos bajos en calorías, que han generado suculentos beneficios). Sin embargo, el problema es segmentar demasiado. Imaginemos ahora los productos de moda para bebés o los productos para zurdos. Si tenemos en cuenta que la natalidad se encuentra en descenso o bien que muchos consumidores zurdos no están dispuestos a adquirir esos productos debido a su elevado precio, la cosa se complica.

 

En estos momentos de crisis, sería más conveniente centrarse en disminuir el precio. Hoy por hoy (y sin tener en cuenta los nuevos modelos de la empresa india Tata) un automóvil europeo medio rondará los 10.000 euros. Sin embargo, uno similar oriental puede encontrarse por 7.000 euros. La diferencia es grande. Si añadimos el efecto de la crisis, la decisión estratégica de Seat podría ser fatal.

 

En otro orden de cosas, ya es habitual encontrarnos con noticias sobre fusiones entre cajas (y lo que nos queda). De todos es sabido que Cajasur se encuentra en una situación complicada. Por esto, está prevista su fusión con Unicaja. Sin embargo el problema será del control, y por tanto, organizativo. Dado que Cajasur se encuentra controlado por la Iglesia Católica, ésta conservaría tan sólo un 7% de representación en sus órganos de gobierno de la nueva sociedad. Si a esto añadimos que la Junta de Andalucía es un accionista relevante de Unicaja, la cosa se dificulta aún más.

 

¿Es lógico que un canónigo disfrute del privilegio de un mandato perpetuo en una entidad que se tambalea? Ciertamente no parece muy lógico. Veremos en qué queda la cosa.

 

Tranquilidad. Próximamente trataré como tema la deflación. :p

 

Esto es todo por hoy. Voy a seguir con La piedra lunar que estoy «un poquito» enganchada.

 

Namaste.